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Vidas que Inspiran: San Juan Apóstol

San Juan Apóstol, conocido como el “Discípulo Amado” de Jesús, ocupa un lugar destacado
en la historia del cristianismo. Nacido en Betsaida, Galilea, era hijo de Zebedeo y Salomé, y
hermano menor de Santiago el Mayor. Ambos hermanos trabajaban como pescadores junto
a su padre, hasta que Jesús los llamó para ser “pescadores de hombres” (Mt 4,19). Desde
entonces, Juan dejó sus redes y lo siguió, convirtiéndose en uno de los apóstoles más
cercanos al Maestro.
Juan formó parte del círculo íntimo de Jesús junto con Pedro y Santiago, siendo testigo
privilegiado de momentos trascendentales como la Transfiguración en el Monte Tabor, la
resurrección de la hija de Jairo y la agonía de Jesús en el Huerto de Getsemaní. Su
carácter, inicialmente impetuoso y ardiente —razón por la cual Jesús lo llamó junto a su
hermano “hijo del trueno” (Mc 3,17)—
, fue transformado por el amor y la enseñanza del
Señor.
Durante la Última Cena, Juan ocupó un lugar especial al recostarse sobre el pecho de
Jesús
(Jn 13,23), un gesto que simboliza su cercanía al corazón del Salvador. En el
Calvario, fue el único de los apóstoles presente al pie de la cruz, junto con María, la Madre
de Jesús, y otras mujeres. Desde la cruz, Jesús le confió a su Madre, diciéndole: “Mujer, ahí
tienes a tu hijo” y a Juan: “Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,26-27). Este acto marcó
profundamente a Juan, quien acogió a María en su casa y la acompañó durante el resto de
su vida.
Tras la resurrección de Cristo, Juan desempeñó un papel clave en la difusión del Evangelio.
Según la tradición, predicó en Jerusalén y Éfeso, donde fue obispo. Durante el reinado del
emperador Domiciano, fue exiliado a la isla de Patmos, donde escribió el libro del
Apocalipsis, lleno de visiones proféticas sobre el fin de los tiempos. También es autor del
cuarto Evangelio, el Evangelio según San Juan, y tres cartas que forman parte del Nuevo
Testamento. Su escritura destaca por la profundidad espiritual y el énfasis en el amor como centro de la vida cristiana: “Dios es amor” (1 Jn 4,8).
San Juan vivió una vida larga y es el único de los apóstoles que no murió mártir. Según la
tradición, falleció de forma natural en Éfeso alrededor del año 100 d.C., siendo venerado
como el último testigo ocular de Cristo
. Su fiesta se celebra el 27 de diciembre, y la Iglesia
lo honra como patrono de los teólogos y escritores sagrados.

La vida de San Juan Apóstol nos invita a contemplar el misterio del amor de Dios y a vivir
con fidelidad como discípulos de Jesús, llevando su luz al mundo. Su testimonio nos
recuerda que el amor verdadero es una entrega total y transformadora.

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