San Francisco de Paula fue un ermitaño italiano, fundador de la Orden de los Mínimos, y es
conocido por su vida de austeridad, humildad y milagros. Nació el 27 de marzo de 1416 en
Paula, una ciudad en la región de Calabria, al sur de Italia. Sus padres, Giacomo y Vienna
D’Alessio, eran personas humildes y piadosas. Le pusieron el nombre Francisco en honor a
San Francisco de Asís, a quien le rezaron durante años pidiendo un hijo.
Desde muy joven mostró una inclinación profunda hacia la vida religiosa. A los 13 años, sus
padres lo enviaron a un convento franciscano para educarse, donde pasó un año como
oblato. Sin embargo, al volver a casa, decidió llevar una vida de retiro. Se retiró a una cueva
en las afueras de Paula, donde vivió en soledad, oración, ayuno y penitencia, imitando la
vida de los primeros ermitaños cristianos.
Con el tiempo, comenzaron a acercarse personas que buscaban consejo espiritual o que
querían compartir su forma de vida. Así, en 1435, con apenas 19 años, fundó una pequeña
comunidad que luego se convertiría en la Orden de los Mínimos. El nombre refleja el
espíritu de humildad radical que San Francisco proponía: no querían ser los “hermanos
menores”
, como los franciscanos, sino los “mínimos”
, los más pequeños de todos. Además
de los votos tradicionales de pobreza, castidad y obediencia, los Mínimos hacían un cuarto
voto: el de vida cuaresmal perpetua, es decir, una vida de ayuno, abstinencia de carne y
penitencia.
Francisco no era sacerdote ni teólogo, pero su vida austera y su caridad lo hicieron famoso
en toda Italia. Se le atribuyen numerosos milagros, como curaciones, bilocaciones y la
multiplicación de alimentos. Fue consejero de reyes y nobles, pero siempre evitó el poder y
los honores.
A pedido del Papa Sixto IV, viajó a Francia en 1483 para asistir al rey Luis XI, que estaba
gravemente enfermo. El rey esperaba que Francisco lo curara, pero él le ayudó a
prepararse para una buena muerte. Luis XI quedó tan impresionado por su santidad que
protegió a la Orden de los Mínimos y facilitó su expansión en Francia.
San Francisco de Paula murió el 2 de abril de 1507, Viernes Santo, a los 91 años, en el
convento de Plessis-lès-Tours, en Francia. Fue canonizado en 1519 por el Papa León X. Su
fiesta se celebra el 2 de abril.
San Francisco de Paula es patrono de los marineros, debido a una tradición que cuenta que
cruzó el estrecho de Mesina sobre su manto, usando su bastón como remo. Su vida sigue
siendo un ejemplo de humildad, austeridad y amor profundo por Dios.
