San Marcos 8, 22-26

Comentario Introductorio

Muchas veces los caminos de sanación y conversión implican un proceso, como lo vemos en la curación de este ciego. Pareciera que a Jesús “no le alcanza su poder” para obrar de una sola vez, pero cuánto nos dice esto a nosotros hoy, en nuestras realidades personales y comunitarias. Los procesos de conversión y sanación implican nuestra perseverancia, nuestro “seguir buscando e insistiendo”, mientras Jesús continúa su obra en nuestra vida. ¿Cómo reacciono ante los procesos que me toca abrazar en mí camino y el de los demás? ¿Me quejo o los acepto con paz?

Mié 19 febrero

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Cuando Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le rogaban que lo tocara. El tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: «¿Ves algo?» El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: «Veo hombres, como si fueran árboles que caminan.»

Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó sano y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo.»